Estoy segura de la realidad, pero más segura de la ficción.
Me encamino hacia el horizonte en donde habitan tus sueños entre el día y la noche.
Subo a mi pequeño bote apenas con una simple vela.
Se aproxima una tormenta, o eso parece.
Al ir acercándome noto que en las nubes negras yacen tus pesadillas entre relámpagos y estruendos.
Eso me aterra, pues me da miedo naufragar y ser consumida por esas pesadillas crueles y dementes que terminan con todo a su paso.
Me asusta no lograr cruzar, pero debo hacerlo.
Llego al centro de la tormenta, el viento está a mi favor así que logro avanzar más rápido. Después de un rato puedo ver rayos de luz a lo lejos. Es el horizonte despejado, lo estoy logrando.
Pasé la tormenta y me acerco a ese muro de luz y estrellas, tengo muchas ansias y al fin llego. Escalo el muro, es de cristal, divide a la noche y el día me quedo en el esplendor del rojo y anaranjado en medio del amarillo y el azul. Es maravilloso, puedo ver desde aquí todos los sueños que habitan tu mente y los deseos más perdidos.
Entre mi asombro y curiosidad me atrevo a voltear, ahí estoy yo, me miro a lo lejos, se siente bien, me llena.
Fue un viaje muy cansado y peligroso pero ahora puedo descansar y cuidar tus sueños.
Me recuesto con cuidado en el fino cristal, ambas piernas colgando, una de cada lado.
Bostezo.
Cierro los ojos.
Suspiro.
Duermo.
Vivo.
Me encamino hacia el horizonte en donde habitan tus sueños entre el día y la noche.
Subo a mi pequeño bote apenas con una simple vela.
Se aproxima una tormenta, o eso parece.
Al ir acercándome noto que en las nubes negras yacen tus pesadillas entre relámpagos y estruendos.
Eso me aterra, pues me da miedo naufragar y ser consumida por esas pesadillas crueles y dementes que terminan con todo a su paso.
Me asusta no lograr cruzar, pero debo hacerlo.
Llego al centro de la tormenta, el viento está a mi favor así que logro avanzar más rápido. Después de un rato puedo ver rayos de luz a lo lejos. Es el horizonte despejado, lo estoy logrando.
Pasé la tormenta y me acerco a ese muro de luz y estrellas, tengo muchas ansias y al fin llego. Escalo el muro, es de cristal, divide a la noche y el día me quedo en el esplendor del rojo y anaranjado en medio del amarillo y el azul. Es maravilloso, puedo ver desde aquí todos los sueños que habitan tu mente y los deseos más perdidos.
Entre mi asombro y curiosidad me atrevo a voltear, ahí estoy yo, me miro a lo lejos, se siente bien, me llena.
Fue un viaje muy cansado y peligroso pero ahora puedo descansar y cuidar tus sueños.
Me recuesto con cuidado en el fino cristal, ambas piernas colgando, una de cada lado.
Bostezo.
Cierro los ojos.
Suspiro.
Duermo.
Vivo.
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